Adolfo T Garcia Obituary (1935 - 2025)

Adolfo García, de 90 años, falleció el 22 de junio de 2025. Adolfo nació el 22 de mayo de 1935 en Pénjamo, Guanajuato, hijo de María de Jesús Torres y Jesús García. Fue un esposo muy amoroso y dedicado a su esposa Guadalupe. Estuvieron casados por 62 años y compartieron una vida llena de momentos hermosos. Su amor por ella se notaba en todo: desde las cartas de amor que le escribía al principio de su relación, hasta las serenatas que le daba, y el tomarse de la mano hasta el final. Para Adolfo, lo más importante siempre fue la familia. Él decía que todo lo que hacía era por su hijos. Deja una familia hermosa que siempre lo llevará en el corazón: Su esposa: Guadalupe. Sus hijos: Alfredo, Roberto, Adolfo y Víctor. Sus nietos: Giselle, Jackelyne, Luisa Fernanda, Marlene, Paola, Julián, Flora, Robert Paul y Jessica. Sus bisnietos: Allison Mary, Gustav Sven e Ismael. Adolfo comenzó a trabajar en el campo cuando tenía solo 8 años. Emigró a los Estados Unidos para continuar trabajando en la agricultura, laborando para varias compañías por 52 años, incluyendo Rutherford Brothers y Taylor Farms. Aunque se retiró, nunca dejó de cuidar la tierra ni de atender su jardín. Pasaba sus días al aire libre, cuidando sus plantas. No solo le gustaba verlas crecer, también sentía un gran orgullo al ver lo que él mismo había sembrado con sus manos. Esa pasión la compartió con su familia, como un hermoso ejemplo a seguir. Fue un hombre fuerte, trabajador y con un gran corazón. La naturaleza será siempre un recuerdo vivo de él para su familia. Adolfo tenía un amor muy grande por la música. Experimentaba con varios instrumentos como la armónica, acordeón y la guitarra. Cuando alguien cumplía años, era costumbre que llegara con su acordeón para tocar Las Mañanitas. Así demostraba su cariño, sin necesidad de decir muchas palabras. Ese amor por la música lo heredó de su mamá. También le gustaba mucho viajar. Le encantaba conocer diferentes lugares de México y llevar con él a sus seres queridos. Tenía un cariño muy especial por su querido pueblo de Arandas, Jalisco, su segundo hogar, al que siempre regresaba con alegría para visitar a su familia. Nunca se olvidó de sus raíces ni de las personas que más quería. Adolfo trataba a muchos como familia. Siempre fue generoso, amable y abierto con todos. Era una persona muy querida, y su forma de ser dejó una huella en muchas personas que lo conocieron y lo apreciaban profundamente. Tenía una risa contagiosa y un gran sentido del humor. Le gustaba hacer reír y disfrutar de los momentos sencillos con sus seres queridos. Fue un hombre fuerte, trabajador y que nunca se rindió. Nos deja muchos recuerdos bonitos, muchas enseñanzas y el ejemplo de lo que significa ser un buen hombre. -------------------------------------------------------------------------------- Adolfo García, age 90, passed away on June 22, 2025. Adolfo was born on May 22, 1935, in Pénjamo, Guanajuato, the son of María de Jesús Torres and Jesús García. He was a very loving and devoted husband to his wife Guadalupe. They were married for 62 years and shared a life full of beautiful moments. His love for her could be seen in everything, from the love letters he wrote her at the beginning of their relationship, to the serenades he played, to holding her hand until the very end. For Adolfo, family was always the most important thing. He would say that everything he did was for his sons. He leaves behind a beautiful family that will always carry him in their hearts: His wife: Guadalupe. His children: Alfredo, Roberto, Adolfo, and Víctor. His grandchildren: Giselle, Jackelyne, Luisa Fernanda, Marlene, Paola, Julián, Flora, Robert Paul, and Jessica. His great-grandchildren: Allison Mary, Gustav Sven, and Ismael. Adolfo began working in the fields when he was just 8 years old. He immigrated to the United States to continue working in agriculture, dedicating 52 years of his life to the field. He worked for various companies, including Rutherford Brothers and Taylor Farms. Even after retiring, he never stopped caring for the land or tending to his garden. He spent his days outdoors, nurturing his plants. He didn’t just enjoy watching them grow, he took great pride in seeing what he had planted with his own hands. That passion was something he shared with his family, leaving a beautiful example to follow. He was a strong, hardworking man with a big heart. Nature will always be a living reminder of him for his family. Adolfo had a deep love for music. He explored many instruments, including the harmonica, accordion, and guitar. Whenever someone had a birthday, it was tradition for him to arrive with his accordion and play Las Mañanitas. It was his way of showing affection, without needing to say many words. That love for music was something he inherited from his mother. He also loved to travel. He enjoyed exploring different parts of Mexico and taking his loved ones along. He had a special love for his hometown of Arandas, Jalisco, his second home, which he always visited with joy to spend time with his family. He never forgot where he came from or the people he loved most. Adolfo treated many people like family. He was always generous, kind, and warm to everyone. He was deeply loved, and his way of being left a lasting mark on many who knew and cherished him. He had a contagious laugh and a wonderful sense of humor. He loved to make people laugh and to enjoy the simple moments with his loved ones. He was a strong, hard-working man who never gave up. He leaves behind many beautiful memories, valuable lessons, and the example of what it means to be a good man.